Hay Equipo! Jupiter y Saturno, trabajando juntos.

JUPITER ENTRANDO EN ESCORPIO a partir del 10/10 y SATURNO ENTRANDO EN CAPRICORNIO desde el 20/12/17.

Este anticipo trata simplemente sobre un pantallazo general de las energías que nos propone el Cielo para seguir avanzando en nuestro camino con el cambio de signo de estos dos ‘planetas sociales’.

El eclipse pasado en el eje Leo-Acuario, además de los tirones identidad vs. pertenencia, nos va confirmando que estos acontecimientos que nos trae el Universo van más allá de la voluntad humana.

Repasemos que representa cada planeta: Júpiter expande, vitaliza, mejora, beneficia, orienta, guía y da sentido. Tiene relación con la comprensión, con la justicia, con la confianza, la fe, ideales, creencias, convicciones y nuestras verdades. Suele mostrarnos oportunidades de crecimiento y todo lo que amplifica nuestra conciencia o concepción de vida. Es el padrino y benévolo del zodiaco. OJO, depende lo que contacte puede ser positivo o negativo…

Por su parte, Saturno, representa el compromiso, la ley, el tiempo, la realidad, los limites, estructura, sostiene, contiene, cumple y por eso se relaciona con el padre, con la autoridad y la disciplina y todo lo que remite al esfuerzo.

Como les decía, luego de atravesar por este momento eclíptico –con el fin de observarnos más claramente y con una conciencia mayor- llega el momento próximo de que Júpiter ingrese en el signo de Escorpio (desde el 10/10/17) y, un poco más de dos meses más tarde, Saturno llega a su domicilio en el signo de Capricornio (el 20/12/17) –eso sin contar que el 28/09/17 Plutón, planeta del cambio y resurgimiento, retoma su viaje directo, impulsándonos a transformar sí o sí lo que hasta ahora vinimos revisando-. ¿Qué significa todo esto? ¿Qué nos propone el Cielo –si pudiésemos hacerle caso- para avanzar hacia nuestra propia evolución?

Júpiter en Escorpio que estará por este signo hasta el 8/11/2018. Nos plantea el poder observar –como si tuviésemos una lupa en la mano- otras sombras que creíamos iluminadas/resueltas, revisar patrones/hábitos/conductas que pensábamos ya no estaban, y darnos cuenta de nuevas oscuridades que andaban por allí escondidas en nuestro SER y –mucho más aún con Plutón (regente de Escorpio) andando directo- es momento finalmente de iluminar y soltar.

Si de por sí lo escorpiano, a nuestro Ego, lo asusta... imagínense potenciado por Júpiter.

Ahora la clave será: ¿me asusto y me apego más? ¿o agradezco la oportunidad de mirar de frente mis propias ataduras, inseguridades, miedos… para, entonces, liberarME? Esto es fundamental ya que, gracias a nuestro libre albedrío y luego de tomar la decisión que más queramos, vendrá la segunda parte del desafío de este tiempo cuando el Señor de los Anillos, Saturno, ingrese en la constelación de la cabra.

De este primer encuentro con Júpiter en Escorpio dependerá de cómo nos tomemos a Saturno en Capricornio que residirá en su casa hasta diciembre de 2020.

Si podemos iluminar para eliminar –lentamente y aunque nos cueste- lo que nos muestre el Nuevo Maestro en Escorpio, Júpiter, podremos recibir mejor las enseñanzas del Viejo Maestro, Saturno, en Capricornio.

Con estos tránsitos, tendremos la oportunidad de comprobar que lo que hemos sembrado y habremos de cosechar. Saturno nos trae la verdad de que nuestros actos tienen consecuencias y, si lo aprovechamos bien, podremos observar cómo funciona la Ley de Causa y Efecto. Así que no hay lugar para pensamientos ilusorios, fantasías o falsas expectativas. Si estuvimos trabajando para ser cada vez mejor, … tendremos nuestra recompensa!

Lo que es seguro es que no serán tiempos light. Pero sí muy necesarios dado que aún tenemos mucho por descubrir – aun - sobre nosotros mismos. Adueñarnos y tomar acción es lo que cada uno de nosotros puede hacer respecto de sí mismo.

Los tránsitos –y por lo tanto el resto de las alineaciones que nos propone el Cosmos - siempre están disponibles para que tomemos conciencia y así mejorar, para que avancemos hacia nuestra propia evolución.

Estemos atentos a este nuevo desafío cósmico para poder soltar de una buena vez todo lo que no nos pertenece y ya no es parte de nosotros. Nuestra Alma se prepara para despertar, madurar, asumir la responsabilidad de su propia encarnación, y ponerse más fuerte y alineada con nuestro propósito de vida.

Nuestra Alma se prepara para abrir el corazón y reconocer quien verdaderamente somos. De nosotros, y sólo de nosotros, depende que así sea.

2 de Septiembre 2017